22 dic 2010

El epígrafe (II): Del mercado al turismo

Que el turismo es una actividad beneficiosa para las ciudades, me arriesgaría a decir, no lo pone en duda nadie. Es un hecho evidente. De lo que a veces no somos tan conscientes es de la importancia de una actividad que da lugar a la existencia de ese turismo y a la vez se beneficia de éste. Se trata del mercado; esa actividad que probablemente fuera el origen de lo que hoy conocemos como turismo, puesto que el intercambio de productos era el motivo de viajes hacia los distintos foros de las ciudades romanas y de los distintos viajes hacia los castillos y monasterios de las ciudades medievales, sobre todo las situadas en alguna ruta comercial transitada.



Si bien ahora nos encontramos ante las NTIC y la consiguiente globalización del mundo, pudiendo acceder gran parte de éste a cualquier tipo de productos que son iguales en otros lugares; todavía existen particularidades comerciales que hacen que una persona visite otra ciudad para obtener aquello que la suya no puede proporcionarle, o que si le proporciona no considera de la misma calidad. Puede tratarse desde productos típicos que se consumen en el lugar (gastronomía), y que se deben a un desarrollo natural de los acontecimientos, como el “cochinillo de Segovia”, hasta un tipo de turismo más planificado aún como son el turismo por comercio y ocio y el turismo de negocios.


Partiendo del turismo más planificado por los gestores, la ciudad centro comercial abierto forma parte del diagnóstico interno de las atracciones de la ciudad del Marketing. Éstos utilizan la venta para vender al mismo tiempo que evitan la implantación de los centros comerciales en el perímetro de las ciudades por la posibilidad de erosión del flujo de los compradores hacia el interior de la ciudad, hecho que en muchos casos ocasionaría la pérdida del atractivo del centro urbano (ELIZAGARATE, VICTORIA DE, 2003).


Victoria de Elizagarate explica que las dimensiones fundamentales sobre las que, se asienta la ciudad centro comercial abierto se centran en tres elementos fundamentales: un espacio urbano delimitado, las características de la oferta comercial, y un modelo organizativo. El espacio urbano delimitado puede quedar determinado alrededor de una o varias calles principales, alrededor de una trama urbana, o por una situación intermedia. Las características de la oferta comercial tiene como indicadores el ratio de locales comerciales/ servicios (proporción de locales comerciales sobre el total de locales existentes en la zona); el índice de especialización comercial, IEC (porcentaje de establecimientos comerciales dedicados al comercio especializado sobre el total de establecimientos comerciales de la zona); y la superficie de venta de los locales comerciales.

Dentro del modelo organizativo podemos encontrarnos con un gerente controlado por la asociación, un asociado que ejerce de gerente o un gerente financiado por la administración. Yo prefiero el primer modelo, desechando la idea tercera porque los ciudadanos tienen que participar activamente en el desarrollo de la ciudad y no todo debe ser promovido por el ayuntamiento (así también los comerciantes lograrán satisfacer sus necesidades mejor), y desechando el segundo modelo para obtener una visión más objetiva o neutral de los problemas que la que se pudiera obtener si uno de los implicados analiza un problema desde dentro; es decir, para obtener una visión más global de la situación, a la vez que para evitar problemas entre los asociados por diferencia de intereses. De todos modos, a esta primera opción le añadiría un rasgo de la tercera; la financiación desde la administración, ya que lo que el Ayuntamiento sí debería hacer es ayudar a los comerciantes económicamente, puesto que su beneficio será el beneficio de todos de cara al exterior de la ciudad, pero no debe monopolizar las decisiones, sólo financiarlas (midiendo, por supuesto, los fondos y asegurándose de que estos llegan al destino que la asociación de comerciantes ha planteado).



Entre uno de los puntos fuertes de la ciudad como centro comercial abierto, Victoria de Elizagarate destaca la “posibilidad de incorporar centros comerciales abiertos a los recorridos turísticos de la ciudad” (2003:99), hecho que vuelve a remarcar cuando afirma que


               “entre los importantes atractivos que este modelo proporciona se encuentra la dinamización y revitalización de muchos centros urbanos y de otras zonas de la ciudad, ya que puede haber más de un centro comercial abierto en la ciudad, con características diferentes, y llegar a poder crear itinerarios de visita turística sobre los diferentes centros comerciales abiertos que una ciudad puede ofrecer” (ELIZAGARATE, VICTORIA DE, 2003:100).

Nos encontramos entonces ante una atracción turística que influye directamente en la imagen de la ciudad o simplemente la imagen específica de que cierto producto es mejor (o simplemente existe sólo) en ese lugar. Dentro de lo último nos podemos referir a las ciudades cabecera de área o subárea, condición que permite “crear la suficiente “masa crítica” para invertir en la creación de nuevos equipamientos, tanto comerciales como de otro tipo de servicios” (2003:102).

En el libro “Marketing de Ciudades”, nuestra autora establece un cuadros de fortalezas y debilidades y de ventajas e inconvenientes que un centro comercial abierto (CCA) conlleva, aunque en mi opinión dichas debilidades e inconvenientes no tenían por qué existir, ya que todos los apartados hacían referencia a “carencias/ausencias de…” que eran perfectamente remediables por los gestores. Más tarde se reafirmaba esta postura en palabras de De Elizagarate de la siguiente manera:


                  “No podemos hablar estrictamente de inconvenientes, sino de la ausencia de formalización específica de esta entidad para desarrollar estrategias de promoción y publicidad conjunta  con la creación de las señas de identidad de la marca, como son el logotipo y los colores corporativos, y, lo que es más específico, el trabajo en común para desarrollar la marca y las políticas comerciales” (ELIZAGARATE, VICTORIA DE, 2003:102).

De los ejemplos que se proponen en el mismo libro, con sus respectivas estrategias desarrolladas, nos quedaremos con A.B.C. BURDEOS (Association Bordelais des Commerçants 1993), debido a que una de sus funciones era la promoción vinculada al turismo.

Los CCAs tienen como base al marketing geográfico, el cual se apoya en un sistema de información geográfica (SIG), que señala la procedencia de los clientes.


Pero a poco que reflexionemos nos damos cuenta de que también se da el proceso contrario a todo lo anteriormente expuesto; también ocurre que, además de servir el mercado (los CCAs) para el desarrollo del turismo, el mercado se vale del turismo como fuente de ingresos, desarrollándose el turismo urbano o el turismo de ciudad. Aunque no hay que separar ambos procesos, pues el primero sirve como medio para llegar al segundo, que es el fin final. Es decir se utiliza el mercado por parte del turismo para favorecer el mercado turístico. ¡También hay que recordar que el mercado turístico favorecerá a su vez la apertura de comercios! ¿Por qué será que cada vez más me parece que todo en la vida tiene forma de círculo? Podría decir que es una línea eterna, como ya lo he hecho alguna vez, pero ¿quién se animará a determinar cuál es la causa y cuál el efecto?

El turismo de ciudad puede desarrollarse a partir del centro histórico como recurso. Al menos en 2003 el Ministerio de Fomento dedicaba el 1 por 100 del presupuesto de inversiones en infraestructuras a la restauración del patrimonio histórico, como la restauración de catedrales (ELIZGARATE, VICTORIA DE, 2003).

El turismo de ciudad también puede estar fundamentado en la organización de eventos festivos, culturales o deportivos organizados por la ciudad en un principio con fines específicos, pero que con el tiempo se convirtieron en algo distintivo de la ciudad y un atractivo para el turismo. En el libro “Marketing de Ciudades” se menciona como ejemplo al Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que en 1952 fue iniciativa de dos comerciantes de la ciudad como un intento de prolongar el veraneo en la ciudad y que con el tiempo se convirtió en algo más.

Además de en estos dos factores, el turismo de ciudad puede basarse en la complementariedad de las actividades de comercio, ocio y turismo, como quedaba de manifiesto con los CCAs. Victoria de Elizagarate aporta datos sorprendentes como que el turista (tanto nacional como extranjero) destaca como actividades realizadas en periodo de vacaciones primero la actividad  “ir de compras”, en segundo lugar las “visitas culturales” y en tercer lugar “sol y playa”; y que el presupuesto dedicado a las compras es de 350 euros. En cuanto a la accesibilidad a la ciudad como arma a favor del comercio, ocio y turismo, hace alusión al Park and Shopping y al Park and ride, opciones de entre las cuales alguien perezoso como quien escribe elegiría sin dudarlo la primera, es más, no consideraría de mucha ayuda al segundo.



Los planes de acción de los CCAs deben basarse en:

                  “1-Dinamización e integración de los centros comerciales abiertos.
2-Estudio de las características del comercio de la ciudad y de las acciones de marketing.
3-Creación de la imagen de marca del centro comercial abierto y el plan de comunicación interno y externo.
4-Creación del observatorio comercial de la ciudad para fomentar las acciones de dinamización del comercio de la ciudad.
5-Desarrollar conjuntamente las acciones de comercio y turismo de la ciudad, presentando junto a los planos comerciales la oferta de aparcamientos, bares y restauración, así como monumentos, museos y otras actividades” (ELIZAGARATE, VICTORIA DE, 2003; 115).

Como decíamos al principio, también existe un “turismo de negocios” que debe ser tenido en cuenta por los gestores de la ciudad, siendo necesaria, según la anterior autora, “una sociedad que gestione en la ciudad el segmento de reuniones y que coordine las actividades de organización de reuniones empresariales con otras organizaciones empresariales, Cámaras de Comercio, universidades, etc.” (2003:183). Yo no estoy de acuerdo con ello porque sería difícil delimitar la frontera entre facilitar lo que nos conviene a todos y el intrusismo o intervencionismo. En lo que sí estoy de acuerdo es en que la creación de recintos feriales y de exposiciones es un factor beneficioso tanto para el segmento turístico como para el empresarial.

ELIZAGARATE, VICTORIA DE. (2003). Marketing de ciudades. Madrid: Ediciones Pirámide.
                                                                                                          
                                                                                                                                           N.V.

18 dic 2010

Colaboración especial: Ciudad funcional desde el punto de vista de una psicóloga

El siguiente artículo es cortesía de una gran amiga, a la cual por mucho que pase el tiempo y a pesar de la distancia que nos separa siempre tengo presente. Ella es estudiante de Psicología y nos puede ofrecer una visión muy interesante acerca de lo que es una ciudad funcional. Desde el otro lado del Atlántico, envío mis agradecimientos.

"La ciudad funcional: Colaboración especial

Considero que una ciudad es un área geográfica con límites definidos, habitada por personas que se rigen por leyes y normas comunes a todos, las cuales dan a los ciudadanos derechos y obligaciones. Los habitantes de una ciudad tienen en común la idiosincrasia, costumbres, tradiciones y folklore. La ciudad sirve al ciudadano a través de la infraestructura que satisface sus necesidades.


Una ciudad funcional es aquella que da respuesta a las necesidades de todos los ciudadanos por igual, incluyendo servicios, infraestructura, viviendas, hospitales, escuelas, transporte y áreas de esparcimiento. Debe, además, contar con los medios necesarios para el normal desenvolvimiento de personas con capacidades diferentes, como semáforos para no videntes y rampas para sillas de ruedas.


Como estudiante de Psicología, considero que una ciudad destacable con respecto al manejo y promoción de la Salud Mental es la Ciudad de San Luis en la República Argentina. Los hospitales y clínicas de Salud Mental, tanto privados como públicos, se encuentran muy bien administrados y la recuperación de los pacientes y su reinserción en la sociedad se produce de manera eficaz y en altos porcentajes. También se realizan numerosas campañas de prevención de trastornos mentales, tales como las adicciones. En esta ciudad se encuentra el complejo sanitario San Luis, cuatro hospitales de día, un hospital de salud mental y 26 salas de salud de carácter público distribuidas en toda la ciudad. Es importante mencionar, además, que el índice de analfabetismo es sólo del 2,08%, y que la ciudad se destaca por su exclusividad en conexiones a Internet, las cuales proveen a todo el aglomerado de WiFi gratis.

Si tengo que elegir tres atributos de calidad de vida en la ciudad que quisiera para vivir, el primero que tomaría en cuenta para elegir en qué ciudad vivir es el costo de vida y de la alimentación, en segundo lugar la educación y en tercer lugar el cuidado de la salud y la sanidad pública. El primer atributo está muy relacionado con el salario, ya que si el costo de vida es alto pero los salarios también lo son, es posible llevar una buena vida, accediendo a todos los servicios necesarios. Con respecto a la educación, considero que es sumamente importante ya que de ella depende la calidad de profesionales que trabajen en la ciudad, así como también la de sus gobernantes. Por último, como futura profesional de la salud, considero que el cuidado de ésta es de vital importancia para otorgar la máxima calidad de vida a los ciudadanos.

Con respecto a mi ciudad, Corrientes (Argentina), considero que hay numerosos aspectos que deben mejorarse. Partiendo de lo mencionado anteriormente, la relación entre el costo de vida y los salarios no es favorable, ya que el precio de los alimentos y los servicios supera a los salarios. En segundo lugar, tanto la educación como la salud pública se encuentran muy desvalorizadas y no se les destinan fondos suficientes. También presenta numerosas deficiencias en cuanto a algunos servicios, como ser la electricidad, ya que, sobre todo durante el verano, los transformadores de energía sufren averías dejando sin electricidad a un amplio sector de la ciudad. Por último, considero que deberían refaccionarse los accesos para discapacitados de los edificios públicos y privados, e instalarse semáforos para no videntes.

                                                                                                    Macarena Aquino
                                                                                                    Estudiante de Psicología"

16 dic 2010

Colaboración especial: Ciudad funcional desde el punto de vista de una médica

Cuento en esta ocasión con el escrito de una gran persona a la vez que buena estudiante y seguramente buena profesional en el ámbito sanitario en el futuro. Un saludo para ella y mis agradecimientos.

"La ciudad funcional: Colaboración especial

Una ciudad pienso que es simplemente un lugar donde vivir, no demasiado complicado ni sofisticado, más bien espontáneo, nacido de las necesidades de las personas que decidieron vivir en dicho lugar.

Una ciudad funcional sería una ciudad que “funcione”, y por tanto tenga una buena adaptabilidad, donde se satisfagan unas necesidades mínimas como son la alimentación, la vestimenta, la vida sana, la nutrición cultural, el oficio, los estudios, etc.… Es decir un lugar hecho espontáneamente donde hubiese supermercados, tiendas, espacios verdes, hospitales, teatros, cines, industrias, oficinas, universidades…, una buena comunicación (transporte público, red de carreteras), así como unos buenos servicios (llegada de internet, gas natural…).

En general pienso que las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, pueden ser fácilmente adecuadas por su situación en la economía, comunicaciones o gobierno del país. Si una ciudad de este calibre no le es útil a sus ciudadanos pierde todo su carácter, se degrada y termina por no ser tan importante en los ámbitos anteriormente citados. Madrid, por ejemplo, tiene dos grandes universidades que a nivel nacional son importantísimas, en las que se pueden cursar la mayor parte de las carreras si no todas, es por tanto un referente para el resto de España, y es hacia donde migran muchos estudiantes de otros lugares del país; cumple así con lo que se espera de ella, ser el centro en funciones del país. Si una ciudad como esta no fuese capaz de responder de este modo, se hundiría, perdería habitantes y no tendría mucho sentido que fuese el centro de nada. Así, a mí me parece que por definición “una gran ciudad es una gran ciudad”; o, dicho de otro modo, una ciudad a la que se le otorgan responsabilidades, o crece y se muestra funcional aun siéndolo previamente, o se hunde y deja de tener dichas responsabilidades oficiales. Evidentemente todo es mejorable, o muy mejorable, sin embargo, destacan las mejores, a las cuales más se les demanda.

De los atributos que puede tener una ciudad yo elegiría: primero, la seguridad ciudadana; segundo, el cuidado de la salud y la sanidad pública; y en tercer lugar, la educación. Los elijo así porque pienso que cubren las necesidades primarias, no son las que más me interesan, pero su carencia sí produciría abundante turbación.

De mi ciudad, Aranjuez, cambiaría principalmente los transportes, la cercanía a otras ciudades, la educación, los espacios y actividades culturales y los espacios comerciales textiles.

Si enfocamos la ciudad desde un punto de vista médico es visible la disparidad entre unas y otras ciudades, pienso que no es tan preciso mejorar mucho una ciudad, sino equipararlas todas en la medida de lo posible. Por ejemplo, una máquina para hacer electrocardiogramas nos proporciona mucha información en ciertas alteraciones cardiacas, siendo muy barata la prueba, es decir, es una prueba básica que puede ayudar mucho para la salud del enfermo, sin embargo, en muchos pueblos (más que ciudades), no se dispone de dicho aparato, mientras en otras ciudades (hospitales) se disponen de aparatos caros (por ejemplo técnicas de ablación para supresión de tumores) que aún no están lo suficientemente aceptados entre la sociedad médica.

Desde mi humilde posición pienso no es necesaria la centralización médica, sino más bien la distribución adecuada, accesible y equitativa para todos de un servicio tan importante, básico y preocupante como es la salud.

Yo creo que otro aspecto de importancia en este campo es la profundización en un modelo psicosocial frente al actual modelo biomédico. Desde siempre se ha llevado a la práctica el modelo biomédico, en el cual priman la tecnología, la técnica, el saber… sin importar tanto la humanidad con el paciente y todos los valores adyacentes. Se oyen voces desde hace unos años en defensa del modelo psicosocial, ¿pero cómo llevarlo a la práctica si la estructura, entre otras, ciudadana, no se presta a ello? Tal vez estemos hablando de una revolución sanitaria inviable, pero si buscamos la excelencia es necesario ahondar en lo que supondría ofrecer todos los esfuerzos humanos al paciente, se trataría de crear vínculos, por ejemplo movilizándose, tal vez, el médico a los hogares más que el enfermo al hospital, tantas veces como sea necesario; repito que esto es impensable hoy en día, pero no es ninguna absurdez entendiendo lo muy perjudicial que es ingresar en un hospital para muchos pacientes a los cuales la iatrogenia involuntaria termina abocándoles en un círculo vicioso sin salida, la cual se concluye con depresiones, padecimientos innecesarios (infección nosocomial, sepsis, fracturas de cadera,…) o incluso la muerte. Para que esto pudiese ser posible sería necesaria una estructura diferente a la actual, donde el médico se encargara de visitar una serie de barrios que le fueran asignados previamente. Supondría esto recuperar el sentido estricto del “médico de cabecera”.

Por último, sólo me queda señalar la gran falta de centros de atención médica psíquica. Las demandas no sólo no están cubiertas, sino que además se trata de evitar el tema. La construcción de un nuevo hospital es una gran noticia, pero no parece ser así con centros de ayuda para enfermos mentales. Tener un familiar con un problema de este tipo sin poder encontrar ayuda para ello supone un gran estrés, una tragedia vivida al segundo, sin tener medios ni conocimientos para afrontarla. Debemos estar lejos de aquellas épocas en las que a los “locos” se les internaban en centros en los que se les maltrataba, pero no por ello renunciar al cuidado de estas personas, de las cuales bien podría decirse que son las más marginadas de la sociedad. Es tal vez esta, una carencia importantísima de casi todas las ciudades españolas.

                                                                                                            Mª Dolores Gallego
                                                                                                            Estudiante de Medicina"

15 dic 2010

El epígrafe (I): La participación de los ciudadanos

                                                                       “Considerarás que aunque sea hombre bueno, será mal ciudadano”
                                                                                                                                                Carta LXX, José de Cadalso

Como habrán observado, estoy contando con colaboraciones que me permitan ampliar mi campo de visión acerca de cómo debe ser una ciudad funcional, valiéndome para ello de la ayuda de profesionales de distintas disciplinas y de distintos lugares. Pues bien, hay un aspecto que se me había escapado en mi definición funcional inicial (ver) y que he notado tras leer estos artículos, ya que en todo momento aludo al espacio construido para las personas pero nunca al espacio construido por las personas.

Atendiendo al Marketing de orientación al cliente, señalo la importancia de un Sistema de Información de Marketing (SIM) que recoja las necesidades de los públicos objetivo de la ciudad, para realizar posteriores acciones y campañas; pero descuido la participación directa que el ciudadano tiene derecho y está obligado a tener en la gestión de la ciudad. En otras palabras, el ciudadano no sólo debe participar en decisiones que afecten a la cuidad sólo cuando los planificadores se lo permitan, sino que deben hacer oír su voz en cualquier situación que consideren relevante. De esta idea participa Mario Crespo (ver), quien afirmaba lo siguiente:

Será funcional una población donde la sociedad civil pueda desarrollar sus expectativas y valores,  donde cada día la vida se exprese en iniciativas sociales. Y, por el contrario, una ciudad en la que cada familia viva recluida en su casa y las únicas actividades sean las promovidas por el Ayuntamiento, será una ciudad muerta. O peor aún: no será ciudad”.  O que “el Ayuntamiento no puede ser el protagonista de la vida municipal: ese papel corresponde a los ciudadanos”.

Por otra parte, S.S.R. (ver) afirmaba, entre otras ideas, que ciudad funcional es aquella “que facilite y mantenga una relación con aquellos que utilizan ese mismo ambiente, así como con el conjunto de acciones y fines que los usuarios quieran poner en práctica”. Lo último puede formar parte de una recogida de información planificada, que es la que sí había tenido en cuenta desde el principio; pero lo primero, la “relación con aquellos que utilizan ese mismo ambiente”, fue la que no me había planteado como una función primordial en el desarrollo de una ciudad, pero al leer la frase, me acordé del apartado “contactar” que suelen tener las páginas web de todo tipo, incluida la del Ayuntamiento de Aranjuez (ver), y que intuyo sirven para atender a tanto a preguntas como a problemas que no hayan sido vistos por los gobernantes de la ciudad.

Además de en la anterior, S.S.R. vuelve a hacer alusión a la participación ciudadana en otras dos ocasiones. La primera, cuando habla de la ciudad construida por todos sus ciudadanos, por “un conjunto de personas que deben seguir trabajando día a día teniendo en cuenta todos aquellos factores que rigen y gestionan la ciudad, además de todo aquello relacionado con la cultura y la educación de sus habitantes para que la ciudad siga su proceso de avance”, no sólo por los urbanistas. Podríamos deducir que la ciudad funcional es el conjunto de las distintas personas profesionales que la integran, las cuales aportan una tarea específica a la comunidad; de hecho esta es la base de la vida en sociedad, la conciencia de que no somos capaces de satisfacer determinadas necesidades si no es por medio de otros que tengan más facilidades para alcanzarlas, y ofrecer un intercambio entre lo que podemos aportar y lo que podemos recibir.

La segunda alusión,  está relacionada con la concienciación del ciudadano de los cuidados y respeto que la ciudad merece para ser funcional. La autora, en una reflexión interesante al ser preguntada sobre qué cambiaría en su ciudad, nos deja entrever que muchas veces no importa tanto el qué cambiaríamos como el qué entra bajo nuestra responsabilidad. En esta misma línea de cuidado y respeto a la ciudad se encuentra el Pacto Cívico propiciado por el Ayuntamiento de Aranjuez (ver), el cual, como asegura la vicepresidenta del Consejo Ciudad, Carmen Rodríguez, pretende
“velar para conseguir una ciudad más amable y acogedora; trabajar para erradicar las actividades negativas de quienes deteriorar la convivencia de los ribereños; impulsar la educación como el mejor instrumento para generar cambios de valores y actitudes; y lograr una actuación decidida de la administración municipal, haciendo cumplir las normas reguladoras de la convivencia y las ordenanzas municipales” (ARANJUEZ, 2011).
Considerando todo lo anterior, podríamos decir que hay, al menos, cuatro tipos de participación ciudadana: la que “es independientemente”, la que “puede”, la que “debería” y la que “debe”. Con la primera, la que “es independientemente” de lo que haga el Ayuntamiento, nos referimos a los ciudadanos como mano de obra y a la idea de ciudad como resultado de la necesidad de los unos respecto de los otros como medio para satisfacer nuestras necesidades materiales. Siempre existirá con independencia de si el Ayuntamiento favorece esos intercambios o no.


El segundo tipo es la que se refiere al cuidado y conservación de la ciudad, y que “puede ser” favorecida por el Ayuntamiento, pero depende básicamente del desarrollo de una consciencia de ciudadanía en las personas. Un ejemplo sería el Pacto Cívico de Aranjuez (ver).


La tercera clase de participación de los ciudadanos consiste en hacer prevalecer sus puntos de vista a quienes gestionan la ciudad, denunciando situaciones o aportando ideas; este tipo de participación “debería ser” recogida por el Ayuntamiento, aunque de no serlo el ciudadano es responsable de hacer escuchar su voz acudiendo a otras asociaciones o manifestándose. Ejemplo de ello sería la pestaña “contactar” de la página web del Ayuntamiento de Aranjuez, que aporta las direcciones de correo electrónico de todos los componentes del equipo de gobierno, del gabinete de alcaldía, de los grupos políticos, de los departamentos municipales, y de los organismos municipales. También podemos mencionar la página web de acipa (Agrupación Ciudadana Independiente para Aranjuez), que es un grupo de la oposición y que tiene (podríamos decir “por tanto”) un buen sistema de recolección de quejas y sugerencias de los ciudadanos, y una sección denominada “A mejorar”, que incluye fotografías de los lugares que son foco de problemas para los ciudadanos, todo un ejemplo de función.


Dentro de esta clase también, como ejemplos de lo que “debería ser” recogido por el Gobierno o la oposición pero, al contrario que en los dos ejemplos anteriores no lo es, en Aranjuez encontramos los casos de PACA (Plataforma de asociaciones y Ciudadanos de Aranjuez), que tiene en su página (ver) seis secciones: Protegeraranjuez.org, las aves aranjuez,  pau las cabezadas., El progreso, Ecologistas en acción Aranjuez, y Asociación de Hosteleros de Aranjuez. Otro ejemplo podría ser un foro que he encontrado, en el cual participan desde comerciantes hasta partidos políticos,   es decir, todo tipo de ciudadanos. La página se llama Aranjuez.ws (ver), y si la consideramos como una suma de los intereses de todos los que libremente participan, podemos suponer que es sólo una página web creada por ciudadanos que no se identifican con un sector en concreto, aunque quién puso en marcha la red y bajo qué intereses nunca lo sabremos, pues no hay un apartado de “quiénes somos” ni “contactar”, aunque, lógicamente, algún grupo político o empresa de marketing estará detrás para conseguir información, ya que para registrarse piden bastante información.


Por último, los ciudadanos son considerados uno de los públicos objetivo de la ciudad y por tanto una de las principales fuentes a los que planificadores del marketing de la ciudad deben acudir para obtener información a partir de la cual desarrollar las acciones y comunicaciones que se consideren oportunas. Esta participación “debe” (ya que le conviene) ser recogido por la agencia de Marketing que obligatoriamente tiene que asesorar al Ayuntamiento.
Respecto al último tipo de participación, nos encontramos en la misma línea que Victoria de Elizagarate, quien afirma lo siguiente:

            “La opinión de los ciudadanos debe ser recogida y analizada por los planificadores, ya que va a permitir:
1-    Involucrar a la sociedad en su conjunto en los proyectos que desarrollará la ciudad, lo que permite fortalecer la identidad y la autoimagen que tienen los ciudadanos.
2-    Desarrollar planes para mejorar los atributos más valorados por los ciudadanos y corregir aquellos que se consideran negativos.
3-    Adaptar permanentemente los productos/servicios de la ciudad.” (ELIZAGARATE DE, V., 2003:88)


Este cuarto tipo de participación (la planificada y para planificar) se diferencia del que
“debería ser” promovido por el Ayuntamiento en su condición de intencionado, ya que en
el tercer tipo el ciudadano percibe unos fallos o hechos que se podrían mejorar y han
escapado a los ojos de los planificadores y decide darles relevancia, mientras que en el
cuarto lo que se busca es conocer la opinión de los ciudadanos sobre un asunto que ya
hemos delimitado. Es decir, el tercer tipo se basa en el SIM (Sistema de Información de
Marketing) y requiere primero un estudio cualitativo previo para determinar qué áreas son
más importantes para los ciudadanos y en base a dicho estudio cualitativo realizar un
cuestionario que recoja los elementos que serán valorados por los ciudadanos. También
podríamos decir que para este estudio previo cualitativo se podría utilizar el
segundo tipo de participación ciudadana, ya que las quejas directas o vistas a
través de foros de ciudadanos nos podrían indicar por dónde orientar los
próximos cuestionarios para futuras actuaciones.



  • ACIPA (2010). http://acipa.es/. Revisado el 8 de enero de 2011.
  • ARANJUEZ (2010). http://www.aranjuez.es/ . Revisado el 8 de enero de 2011.
  • COMUNIDAD DE FOROS ARANJUEZ.WZ (2010). http://www.aranjuez.ws/index.php. Revisado el 8 de enero de 2011.
  • CRESPO, MARIO (2010). "Colaboración especial: Ciudad funcional desde el punto de vista del Derecho" en Marketing de Ciudades, www.ciudadymarketing.blogspot.com.
  • ELIZAGARATE, VICTORIA DE. (2003). Marketing de ciudades. Madrid: Ediciones Pirámide.
  • PACA (2010). http://protegeraranjuez.blogspot.com/. Revisado el 8 de enero de 2011.
  • S.R., S. (2010). "Colaboración especial: Ciudad funcional desde el punto de vista de una arquitecta" en Marketing de ciudades, www.ciudadymarketing.blogspot.com.
                                                                                                               N.V.     

14 dic 2010

Colaboración especial: Ciudad funcional desde el punto de vista del Derecho

En esta ocasión cuento con la inestimable colaboración de Mario Crespo, Licenciado en Derecho, quien ha tenido la amabilidad de realizar para este blog un artículo que en mi opinión tiene todo lo bueno que un escrito podría tener, tanto en el contenido como en la forma. Desde aquí mis agradiecimientos, y espero que el lector lo disfrute tanto como yo al leerlo.

"Debajo de los adoquines

Cuando San Agustín quiso expresar en una metáfora la contraposición entre el mundo pagano y el cristianismo, no habló de “aldea”, ni de “país”, ni siquiera de “mundo”. Habló de ciudades: una ciudad celestial opuesta a la ciudad terrena como símbolos de dos concepciones de la existencia. Ya siglos antes los filósofos griegos habían plasmado sus ideas sobre el hombre en ciudades y no en unidades humanas más grandes ni más pequeñas. Cuando los socialistas utópicos del XIX quisieron cambiar el mundo, no imaginaron revoluciones mundiales, sino ciudades perfectas: los falansterios. La ciudad siempre ha sido, como vemos, metáfora del mundo: un mundo pequeño, amurallado, proclive a experimentos y utopías.

A pesar de los esfuerzos por “pensar la ciudad”, no resulta fácil definirla. En la Edad Media europea, obviando la complicada clasificación de poblaciones, una ciudad tenía casi siempre dos elementos: una catedral y una muralla. La catedral expresaba la aspiración máxima de la ciudad: era, casi siempre, la torre más alta de la urbe y, a través de ella, toda la población miraba al Cielo. La muralla acotaba la ciudad, expresando su sentimiento de solidaridad y defensa: más allá de las rencillas, la población se abrazaba frente a los enemigos externos, preparándose para sobrevivir a un asedio. Si aplicamos estos dos elementos a la ciudad actual, podemos definirla como aquel asentamiento poblacional de gran tamaño con sentimiento de comunidad (muralla) y unos valores comunes (catedral). Hoy no es sencillo encontrar ciudades en el sentido medieval del término: la pluralidad y la suma de grupos humanos de diversas procedencias lo complican. Pero en indicios actuales como la afición local por un equipo de fútbol, o en la unión de los madrileños ante la candidatura olímpica, se adivina esa vieja concepción de la ciudad como algo más que un conjunto de viviendas.

Una ciudad funcional, por consiguiente, será aquella que sepa ser una comunidad humana: una suma de personas y de familias, no de edificios. Será funcional una población donde la sociedad civil pueda desarrollar sus expectativas y valores, Y, por el contrario, una ciudad en la que cada familia viva recluida en su casa y las únicas actividades sean las promovidas por el Ayuntamiento, será una ciudad muerta. O peor aún: no será ciudad. Porque no será una comunidad de personas, sino una suma de aceras, calles, viviendas, semáforos, coches, colegios y habitantes: como un cuerpo sin esqueleto.  donde cada día la vida se exprese en iniciativas sociales.

Quien escribe estas líneas ha repartido su vida entre dos ciudades muy diferentes: una de provincias, pequeña, de sabor medieval; y la capital de España, con sus rascacielos y sus contrastes. Comparando ambas podemos establecer algunos criterios concretos de la ciudad funcional: ¿cuál ofrece más calidad de vida? A modo de panorámica, la ciudad pequeña es más homogénea; eso permite conservar mejor el sentimiento de unidad y de tradición. Sin embargo, la menor presencia de inmigrantes acentúa el gran problema de la Europa de hoy: la natalidad decreciente que, de continuar así, convertirá el continente en un geriátrico a gran escala. Madrid es más diversa, más inabarcable: desde el Retiro hasta los barrios más humildes se escurren muchos modos de vivir. En ocasiones las diferencias son tan evidentes que cuesta percibir un sentido de unión. Pero, a la inversa, los inmigrantes aportan juventud y vida, y la mayor población favorece la vida asociativa.

Desde el punto de vista puramente material también hay contrastes. La ciudad de provincias puede recorrerse a pie, es abarcable y más amable para el peatón. La capital, a pesar de su envidiable red de transporte público, sufre las consecuencias medioambientales de la vida industrial y comercial: tráfico abundante, contaminación acústica, olores. Otro elemento para poner en la balanza.

Una ciudad ha de tener sabor propio, singularidad. Resulta empobrecedor que en el centro de Madrid un viajero pueda encontrar los mismos comercios impersonales, las mismas franquicias de ropa, los mismos restaurantes que en el centro de cualquier otra ciudad europea. Las viejas murallas, cuando están en pie, ya no tienen la función defensiva de antaño: no se trata de disfrutar de una ciudad aislada como un museo de tiempos pasados. El intercambio cultural enriquece. Pero no puede conducir a generar ciudades idénticas, pues eso conduce, a la larga, a la ciudad sin vida de la que hablábamos hace unos párrafos.

¿Y qué ocurre con la vida social y cultural? Una capital puede ofrecer un amplio abanico de actividades: desde los amantes de la música sinfónica hasta los aficionados al hip-hop, pasando por gustos tan respetables como el teatro vanguardista o el guiñol, pueden encontrar respuesta a sus intereses. Empero, a veces la maraña de actividades impide una visión comprensiva: cuesta ver el sentimiento de ciudad. En una población pequeña, las actividades son menores en variedad y en número, pero durante determinados momentos del año, como las fiestas tradicionales, casi todos los ciudadanos se unen en torno a unos determinados actos, impulsando la vida comunitaria.

Como hemos visto, articular una ciudad funcional depende de muchos factores: el urbanismo, la arquitectura, la programación cultural… pero también del Derecho. Al jurista corresponde reglamentar sin invadir la iniciativa privada; garantizar la convivencia sin construir una campana de cristal  que asfixie las ideas de la sociedad civil (asociaciones, parroquias, clubes, fundaciones). El Ayuntamiento no puede ser el protagonista de la vida municipal: ese papel corresponde a los ciudadanos. Y eso ha de plasmarse en una normativa que no caiga en la tentación del intervencionismo excesivo.

Este caleidoscopio de variables, unidas a otras, como la necesaria presencia de zonas verdes, la herencia histórica o la calidad y frecuencia de transportes públicos configuran una ciudad más habitable, más funcional. Si bien hemos de notar que esta cualidad es eminentemente subjetiva, y en ella influyen los gustos y preferencias del habitante.

Hoy el mundo se desarrolla en ciudades: la vida política, económica, social y cultural se forja en las metrópolis, al tiempo que una parte creciente de la Humanidad vive en áreas urbanas. Debemos seguir “pensando la ciudad”, en sus múltiples aspectos, no sólo los materiales. Los rebeldes sin causa de mayo del 68 proclamaban que debajo de los adoquines estaba la playa. Pero, en realidad, bajo los adoquines de la ciudad se esconden los principios que la edificaron, los valores sociales de la comunidad humana. Es estéril pensar sobre la ciudad como lugar físico si no nos planteamos antes qué tipo de sociedad va a habitarla y qué valores van a discurrir debajo de las aceras.



                                                                                                Mario Crespo
                                                                                                Licenciado en Derecho "

11 dic 2010

Quinta práctica: Sobre la prevalencia de función frente a forma e imagen en las ciudades

Se nos pidió un ensayo sobre la ciudad, y el mío fue "Sobre la prevalencia de función frente a forma e imagen en las ciudades", escrito que sigue, como se aprecia claramente, la misma línea de este blog.



Cuarta práctica: Un día en la ciudad

En esta ocasión se nos pedía que escribiésemos un artículo sobre "Un día en la ciudad", y debido al cansancio que me producen las dificultades de circulación con las que personas en mi ciudad nos encontramos continuamente, decidí escribir sobre un día en ella (los aspectos que considero se deberían cambiar, por supuesto). Como una humilde crítica constructiva pregunto qué clase de relación tendrá el Ayuntamiento con los viveros que aportan las plantas que tapan la visibilidad y que ni siquiera son agradables de ver... También hablo sobre la, en mi opinión, mala señalética de Ciudad Universitaria. De todos modos soy consciente que las soluciones (al menos para el primer caso) no siempre son fáciles.

10 dic 2010

Tercera práctica: selección de bibliografía

Como estoy subiendo a la red las prácticas de la asignatura "Imagen, forma y función de la ciudad contemporánea", la tercera no iba a ser una excepción, si bien sólo se trataba de realizar un listado con la bibliografía para nuestro trabajo. En principio, la bibliografía sobre ciudades que encontré interesante fue la siguiente:

9 dic 2010

Colaboración especial: Ciudad funcional desde el punto de vista de una arquitecta


Aquí dejo un artículo que una estudiante de Arquitectura amablemente ha aceptado elaborar para este blog y que nos puede ofrecer una visión distinta a la que podemos tener futuros profesionales de la comunicación o de cualquier otro ámbito al que el lector pertenezca. Me pareció enriquecedor contar con una colaboración como esta y desde aquí agradezco de nuevo a la autora el empleo de su tiempo.

"La ciudad funcional: Colaboración especial
1-  ¿Cuál es tu concepto de ciudad?

Resulta difícil definir un concepto de ciudad que abarque todos los aspectos que la constituyen, ya sean sociales, culturales, económicos, políticos, físicos, espaciales, ambientales,…
Se suele definir como el “conjunto de edificios y calles, regidos por un ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a actividades no agrícolas”, considerando a la ciudad como “lo urbano, en oposición a lo rural”.

Pero creo que la palabra ciudad abarca mucho más que eso. Además,  considero que es un lugar de intercambio donde ocurren la mayoría de las relaciones sociales. Una estructura en el espacio organizada para la vida colectiva, donde se llevan a cabo una multiplicidad de actos relacionados con el habitar, tanto individual como comunitario, que existe como concepto porque nosotros formamos parte de él y lo definimos.

 
2-  ¿Qué sería para ti una ciudad funcional?

Según la Real Academia Española, se define funcional como “todo aquello en cuyo diseño u organización se ha atendido, sobre todo, a la facilidad, utilidad y comodidad de su empleo”; “Dicho de una obra o de una técnica: Eficazmente adecuada a sus fines”.

Aún a riesgo de equivocarme, para mí la ciudad funcional sería aquella que contara con la organización espacial adecuada, así como con los criterios de urbanismo sostenibles para el mejor desarrollo de la misma en el futuro. Es decir, aquella ciudad que contara con una base urbanística provista desde el proyecto y la planificación, que facilite y mantenga una relación con aquellos que utilizan ese mismo ambiente, así como con el conjunto de acciones y fines que los usuarios quieran poner en práctica.


 
3-  Desde el punto de vista de tu ámbito académico, ¿podrías mencionar alguna ciudad que destacara en funcionalidad, por ser útil a sus ciudadanos y estar perfectamente planificada y/o gestionada? 

Todas las ciudades de nueva creación, así como las que se han ido creando por superposición de tramas a lo largo de la historia, han pretendido alcanzar este ideal llamado funcionalidad.
Existen múltiples ejemplos de ciudades de nueva creación cuyo diseño parte de unos postulados para conseguir estar perfectamente planificadas y gestionadas. Pero la buena gestión de la ciudad no creo que se consiga sólo con la actuación de uno o varios urbanistas que diseñen los trazados principales de la misma y redacten las leyes de cómo construirla (Planes Generales), sino por un conjunto de personas que deben seguir trabajando día a día teniendo en cuenta todos aquellos factores que rigen y gestionan la ciudad, además de todo aquello relacionado con la cultura y la educación de sus habitantes para que la ciudad siga su proceso de avance.
Históricamente, ya en el siglo VI a. de C., los griegos hablaban de la polis (ciudad). Más tarde, los romanos, asumieron gran parte de la cultura griega, pero principalmente se dedicaron a  crear todas las infraestructuras, servicios y vías de comunicación que hacían que mejorase la vida en la ciudad: caminos, acueductos, puentes, termas…
En la Edad Moderna, en Italia, cuna del Renacimiento, se propusieron diseños de ciudades ideales basadas en las premisas de Vitrubio que, aunque solo se siguieron en contadas ocasiones, como en Palmanova, dieron origen a una nueva disciplina, el urbanismo.

Ciudad de Palmanova

Otro ejemplo de una ciudad de las más recientes construidas en el mundo, en la cual, para su diseño, no se partió de asentamientos históricamente ya habitados y que en 1987 la Unesco declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad, siendo la única ciudad construida en el siglo XX que recibiera este honor, es Brasilia.

Ciudad de Brasilia

En 1955, el presidente de Brasil, Juscelino Kubitschek, decide el traslado de la sede del poder de Río de Janeiro a Brasilia. En el espacio de cinco años, se erige la nueva capital federal, obra del urbanista Lucio Costa y del arquitecto Oscar Niemeyer. 

El plano, trazado según los principios heredados del famoso arquitecto Le Corbusier, se basa en un reparto racional de las actividades urbanas. Se concibe la ciudad a partir de dos ejes perpendiculares con forma de avión, en los que el mayor, orientado según el eje norte-sur, es curvo y pertenece a la zona comercial y residencial, donde los edificios se agrupan en sectores por manzanas cuadradas. El eje principal este-oeste, de 6 km, muy ancho (350 m), está reservado a las actividades administrativas.

Imágenes de edificios de Brasilia (Arquitecto: Oscar Niemeyer)
Para finalizar, un ejemplo español de los años 50 a menor escala, el poblado de Esquivel (Sevilla) para el Instituto Nacional de Colonización.
Pueblo de Esquivel
Proyecto del arquitecto gallego Alejandro de la Sota, el pueblo se organiza simétricamente en torno a un eje principal. Al inicio del mismo se encuentran el Ayuntamiento y la Iglesia, y a continuación la primera hilera de casas, ‘las fuerzas vivas del pueblo’, como son la casa del médico, del cura… Seguidamente se expande un trazado de calles organicista que no tienen una fuga ilimitada, sino que el trazado curvo de las calles delimita y crea un ambiente cercano, de pueblo. Las casas tenían su propio patio para que pudieran guardar a sus animales, pero cada una tenía sus propios acabados (cerrajerías, tejas, etc), lo que se traduce, por parte del proyectista, en un sentimiento de humanización al espacio. El eje principal del pueblo finaliza en una plaza que conecta con la carretera.
Como hemos visto, De la Sota se preocupó de darle una escala humana que favoreciera la convivencia (las casas constaban de una planta, tenían patio, se diferenciaban unas de otras,…). El propio arquitecto afirmó que al abordar el proyecto de Esquivel, se propuso olvidar lo que sabía y aprender "de los que siempre hicieron los pueblos, y por cierto que los hicieron de maravilla: los albañiles y maestros de obras pueblerinos".



4-  De estos atributos de la calidad de vida en las ciudades, cuáles tres de estos dieciséis elegirías para vivir:
1)  El medio ambiente/ La contaminación
2)  La atmósfera/ La paz y tranquilidad
3)  El empleo
4)  El precio de la vivienda
5)  El costo de vida/ El costo de la alimentación
6)  El cuidado de la salud/ La sanidad pública
7)  La seguridad ciudadana
8)  El transporte público/ El tráfico
9)  La educación
10)    El entretenimiento
11)    La economía/ El clima empresarial
12)    El arte/ La cultura
13)    El espacio comercial
14)    La proximidad a los proveedores/ Al mercado
15)    Los salarios
16)    El clima
Personalmente, sin pensar en una ciudad excesivamente grande, donde lo principal serían las infraestructuras, creo que serían:
1.  La sanidad pública y la educación.
2.  La seguridad ciudadana y el medio ambiente/ la contaminación.
3.  El transporte público/ El tráfico.



5-  ¿Qué cambiarías en tu ciudad?


Creo que la mayoría de la gente cambiaría muchas cosas de su ciudad, las típicas quejas como son el arreglo de cierta calle, la mejora de ciertos edificios, la posible falta de transporte público, el ruido nocturno de bares y discotecas, la falta de equipamientos o de viviendas, la necesidad de un parque para los niños, la falta de seguridad en ciertas calles, la sanidad pública… pero también pienso que lo más importante no solamente es decir que cambiaríamos, sino de qué manera se podría mejorar. Lo difícil es acertar con esa solución.
No obstante, antes de tener que llegar a buscar soluciones, sobretodo es necesario que el ciudadano (como miembro de ese proceso de avance de la ciudad que anteriormente me refería) sea más consciente de la importancia de su modo de actuar y se mentalice de que como miembro de ese hecho colectivo que es la ciudad, debe cuidarla y respetarla, para que de ese modo se consiga la ciudad funcional.

                                                         S.S.R.
Estudiante de Arquitectura."